ESTADOS UNIDOS EN LA SOLUCIÓN HAITIANA
Por Melvin Matthews
Desde hace un par de siglos, Estados Unidos es la potencia extranjera más influyente en la vida haitiana. Washington ha hecho sentir poderosamente su predominio de manera decisiva y militarmente.
El 28 de julio de 1915 inició la primera ocupación en Haití, cuando 330 marines desembarcaron en Puerto Príncipe autorizados por el presidente Woodrow Wilson, con el pretexto de salvaguardar los intereses de las empresas bananeras. La intervención militar terminó el 1 de agosto de 1934, luego de que el presidente Franklin D. Roosevelt, durante una visita a Cabo Haitiano en julio de ese año, reafirmó un acuerdo de separación de agosto de 1933. El último contingente de marines partió el 15 de agosto de 1934, luego de una transferencia formal de autoridad a la Guardia de Haití. Las bajas haitianas durante la intervención ascendieron a 3,000 muertes, mientras las estadounidenses quedaron en 146 muertos y 26 heridos. Estados Unidos controló las fianzas haitianas hasta 1947.
Washington motorizó las caídas de las dictaduras de los Duvalier (François “Papa Doc” Duvalier y Jean Claude “Baby Doc” Duvalier), contribuyó dos veces a los golpes de Estado contra los gobiernos del controversial sacerdote Jean Bertrand Arístides y encabezó en el 2004 la célebre MINUSTAH, la misión de pacificación en Haití, dispuesta por la ONU.
De manera que Washington tiene sobrados argumentos geopolíticos para imponer una salida diplomática o militar conveniente a los intereses haitianos y de la comunidad internacional en la actual coyuntura, si las ocupaciones electorales de Biden, la guerra de Ucrania e Israel lo permiten.
Actualmente, mantienen en Puerto Rico, resguardado por el FBI, al primer ministro titular Ariel Henry, considerado defacto por grupos políticos haitianos, junto a la coalición de pandillas armadas al mando del expolicía Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”, que controla el 80 por ciento del territorio.
Al parecer, Henry, quien presiona a favor de la intervención extranjera, ya no está considerado parte de la solución a la crisis. Su renuncia luce inminente. El secretario de Estado Antony Blinken ha urgido al desterrado a que acelere la transición hacia un cambio de gobierno.
Pero para-Henry semeja misión imposible, impedido de retornar a Puerto Príncipe, prohibida su entrada a Santo Domingo y amenazado de muerte por el jefe pandillero Chérizier.
No obstante, un nombre asoma como probable solución a la crisis: Michel Patrick Boisvert, ministro de economía y finanzas desde el 2020 y actual primer ministro interino, quien ha decretado el toque de queda nacional hasta el 7 de abril.
La noche del lunes, el primer ministro haitiano, Ariel Henry, varado en Puerto Rico impedido de retornar a su país, renunció al cargo luego de que Estados Unidos y el Caricom acordaran la creación de un consejo presidencial de transición en Haití, formado por siete personas de la comunidad haitiana.
En un discurso, Henry dijo que dejará el poder tras la creación de un consejo de transición, reconociendo que el país necesita “calma y paz”. “Haití necesita paz, Haití necesita estabilidad, afirmó Henry. Agregó que su gobierno culminará inmediatamente después de la instalación del consejo. Seremos un gobierno provisional hasta que nombren un primer ministro y un nuevo gabinete”, dijo Henry en una alocución transmitida por video desde su alojamiento en San Juan, Puerto Rico.
Durante una reunión urgente del Caricom y el Departamento de Estado, celebrada en Kingston, Jamaica la tarde del lunes, tanto Antony Blinken e Irfaan Alí, presidente del grupo caribeño y primer ministro de Guyana, se mostraron optimistas con los resultados alcanzados en el encuentro de alto nivel y ambos aseguraron que han logrado avances significativos hacia la transición política en Haití.
El líder de Guayana y actual presidente del Caricom, Irfaan Alí, anunció anoche en una rueda de prensa flanqueado por otros líderes caribeños, que Henry dimitiría “tras el establecimiento de un consejo presidencial de transición y el nombramiento de un primer ministro interino”.
Mientras tanto, las bandas aterrorizan todo el territorio haitiano y se desplazan a sus anchas por el país más pobre del continente americano, al tiempo que una misión militar encabezada por Kenia se apresta a intervenir en Haití autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU, con la finalidad de detener el predominio de los grupos armados e imponer la seguridad y el orden en la nación haitiana.