Por Melvin Matthews Recordaré eternamente al Padre Guillermo Rosario como un ministro de Dios: hombre de profunda fe cristiana, espíritu indomable, inquebrantable vocación sacerdotal, evangelizador y catequista de obra y palabra, de amor al prójimo, alejado de los vicios, desapegado de las cosas materiales y de las veleidades carnales.