Estados Unidos ha suspendido e iniciado el proceso para rescindir los Acuerdos de Cooperación de Asilo con los gobiernos de El Salvador, Guatemala y Honduras como primer paso concreto en la senda hacia una asociación y una colaboración más sólidas en la región que ha planteado el presidente Biden. Si bien la rescisión de estos Acuerdos entrará en vigor después del plazo de notificación establecido en cada uno de esos instrumentos, su suspensión tiene efectos inmediatos.
En la Orden Ejecutiva del 2 de febrero, en la cual se sientan las bases para un marco regional de carácter integral orientado a abordar las causas de la migración, gestionar la migración en América del Norte y América Central y posibilitar un procesamiento seguro y ordenado de los solicitantes de asilo en la frontera de EE. UU., el Presidente planteó un rumbo ambicioso para la colaboración con nuestros socios —gobiernos, organizaciones internacionales y no gubernamentales aliadas, la sociedad civil y el sector privado— para construir sociedades más resilientes en la región.
En consonancia con la visión del Presidente, hemos notificado a los gobiernos de El Salvador, Guatemala y Honduras que Estados Unidos adopta esta medida, al tiempo que se ponen en marcha esfuerzos para establecer un enfoque de cooperación y respeto mutuo en la gestión de la migración en toda la región. Los traslados conforme al Acuerdo de Cooperación de Asilo entre EE. UU. y Guatemala han estado pausados desde mediados de marzo de 2020 debido al COVID-19, y los Acuerdos con El Salvador y Honduras nunca llegaron a implementarse.
Quisiéramos dejar en claro que estas medidas no implican que la frontera de EE. UU. se encuentre abierta. Si bien tenemos el compromiso de expandir las vías legales para la protección y las oportunidades aquí y en la región, Estados Unidos es un país con fronteras y leyes que deben cumplirse. También estamos decididos a realizar una tramitación segura y ordenada de todos aquellos que lleguen a nuestra frontera, pero quienes intenten migrar en condiciones irregulares se exponen ellos mismos y a sus familias al riesgo de lo que podría ser un camino sumamente peligroso.
El gobierno de Biden cree que hay formas más adecuadas de trabajar con nuestros gobiernos socios para gestionar la migración en toda la región. Estados Unidos afianzará las relaciones sólidas que ya mantiene y apoyará los esfuerzos de estos gobiernos orientados a responder al desplazamiento forzado sin generar una carga indebida sobre ellos, en particular en el contexto de la pandemia de COVID-19. Nuestro enfoque prevé seguir dando apoyo a sus planes de acción nacionales conforme al Marco Integral de Protección y Soluciones Regionales a través de socios humanitarios internacionales.
Nosotros abordaremos las causas fundamentales del desplazamiento forzado y la migración irregular mediante acciones como combatir la corrupción y la impunidad, reivindicar nuestra obligación de proteger a las personas refugiadas y trabajar en colaboración con nuestros socios en la promoción de oportunidades y prosperidad para las personas y las comunidades de toda la región.