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Malos días para el trumpismo Buenos días desde Bogotá: Por Inés Santaeulalia Donald Trump estaba convencido de que las elecciones legislativas de este martes lo dispararían en su vuelta a la carrera presidencial para 2024. Había pronosticado una «ola roja» que convertiría el Senado y la Cámara de Representantes en mares republicanos. En cuanto salieron los primeros resultados, ajustadísimos, se lavó las manos: “Si los republicanos ganan el mérito es mío, si pierden no es mi culpa”. Lo que sí logró el multimillonario excéntrico fue robarle el protagonismo a Joe Biden, que medía en las urnas la salud de su mandato a dos años de llegar al poder. El presidente salió bastante airoso de la prueba. El escrutinio aún mantiene en el aire el resultado, lo que ya se ha convertido en habitual en las elecciones estadounidenses, producto de una enorme polarización que convierten cada escaño en decisivo y de la complejidad del sistema de voto. Pero dos días después de las elecciones, todo apunta a que los demócratas perderán la Cámara de Representantes por la mínima, mientras el Senado sigue en el aire. Biden sale reforzado emocionalmente de la batalla electoral por contener a un trumpismo que se ha mostrado más débil de lo esperado, pero no exento de dificultades. El poder de los republicanos en la Cámara torpedeará sus políticas en dos años clave para su mandato y se puede convertir en un dolor de cabeza para el propio Biden y los demócratas. Los problemas no son menores: la guerra de Ucrania, la inflación y la campaña electoral para 2014, que el propio Trump promete volver a calentar en unas semanas. Más allá de Estados Unidos, los mandatarios internacionales se dan cita estos días en Sharm El Sheiikh (Egipto) para la celebración de la COP 27. Entre los habituales, ha destacado la presencia de Nicolás Maduro. El presidente venezolano ha vuelto a los pasillos de una cumbre internacional y a regalar saludos a líderes como Macron, Kerry o Petro. Después de tres años sin salir prácticamente de Venezuela, salvo alguna escapada a países como Cuba, Maduro da por concluido su encierro fruto de la ofensiva de Washington que trató, con escaso éxito, de derrocarle. A quien no se le espera en estas citas, enredado en sus ansias de poder absoluto, es al presidente nicaragüense, Daniel Ortega. El sandinismo se adjudicó el domingo las 153 alcaldías del país en unas elecciones que han servido para extender el régimen de partido único. Muchas gracias por leernos.
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