Inicio Opiniones Discurso del gobernador Héctor Valdez Albizu en el 77 aniversario del Banco Central de la República Dominicana

Discurso del gobernador Héctor Valdez Albizu en el 77 aniversario del Banco Central de la República Dominicana

34 minutos para leer
0
0
6

Constituye para mí un inmenso honor y un privilegio dirigirme a ustedes en la celebración del 77 aniversario de la fundación del Banco Central de la República Dominicana. En este día especial, mi corazón se regocija por la oportunidad que me concede el Creador de estar en este hermoso auditorio junto a toda la familia bancentraliana. Les confieso que me causa profunda emoción pensar que esta es la vigésimo séptima ocasión en que me toca encabezar esta celebración como gobernador del banco central.

Sirvan mis primeras palabras para expresar mi agradecimiento al excelentísimo señor presidente de la República, Luis Abinader, por reconocer el trabajo que se hace desde el Banco Central al honrarme con una nueva ratificación como gobernador, decisión que nos hace sentir más comprometidos con nuestra misión y con el desarrollo del país. El apoyo brindado por el presidente ha sido fundamental para el desempeño de nuestras funciones con la autonomía e independencia debida, en cumplimiento con lo establecido en la Constitución de la República y en la Ley Monetaria y Financiera.

Debo destacar que, parte importante del éxito alcanzado por nuestra gestión al frente del Banco Central, se debe al apoyo recibido de la honorable Junta Monetaria y de un extraordinario equipo técnico, funcionarios y empleados, cuya vocación por la excelencia y sentido de pertenencia a la institución están fuera de toda duda. Pienso que el compromiso tesonero y la dedicación al trabajo de este grupo de hombres y mujeres constituye la principal razón por la cual el Banco Central es reconocido como una institución altamente productiva y eficiente.

En un tono más personal es el momento de agradecer a mi familia, columna principal que sostiene todas las acciones que emprendo. A mi amada esposa Fior, compañera de toda la vida, quien con su inmenso amor ha aligerado la carga de las tantas responsabilidades que he asumido en el servicio público. A mi hijo Héctor Manuel y a su esposa Begoña, quienes no conforme con la enorme alegría que me dieron el pasado año al convertirme en abuelo, se han combinado otra vez para bendecirme con la llegada de una nietecita. Y, por supuesto, a mis hermanos, que junto a mí comparten la mejor herencia que se puede recibir de unos padres amorosos, los valores de integridad, honestidad y solidaridad.

Amigos y amigas, permítanme, como es costumbre, iniciar la parte central de este discurso con los aspectos más relevantes del escenario internacional que, con sus complejidades, ha planteado nuevos retos al diseño y a la ejecución de la política monetaria durante el último año. Luego, procederé a exponerles las decisiones de política que hemos adoptado y los principales resultados económicos disponibles hasta el momento, así como las perspectivas macroeconómicas para 2024 y 2025.

Para entender la influencia del contexto internacional en la economía dominicana debemos reflexionar sobre lo ocurrido luego de finalizada la pandemia del COVID-19. Presiones en los precios de las materias primas y del transporte de contenedores, agravadas por la invasión rusa a Ucrania en 2022, llevaron a los bancos centrales del mundo a aumentar sus tasas de política monetaria, restringiendo las condiciones financieras a nivel global. Las medidas surtieron sus efectos y la convergencia de la inflación a las metas de los países creó los espacios para que muchos bancos centrales comenzaran a normalizar su política monetaria en 2023.

Mientras los bancos centrales adoptaban políticas monetarias más expansivas, los precios de algunas materias primas como el petróleo y los costos de fletes de los contenedores comenzaron a moderarse. No obstante, un nuevo conflicto en el Medio Oriente iniciado con el ataque de Hamás a Israel en octubre de 2023 y la posterior escalada a otros países de la zona como el Líbano e Irán, han generado nuevas presiones en los precios del petróleo e intensificado la incertidumbre a nivel mundial.

La buena noticia es que, a pesar de este panorama incierto, la principal economía del mundo Estados Unidos se mantiene resiliente creciendo 2.6 %, a la vez que la inflación continúa convergiendo hacia el objetivo de 2 % establecido por la Reserva Federal (FED). Como resultado de este comportamiento, en septiembre, la FED decidió reducir en 50 puntos básicos su tasa de fondos federales, iniciando finalmente un ciclo de expansión monetaria tan esperado por los mercados y por las economías emergentes.

No hay dudas de que esta baja en la tasa de política monetaria de Estados Unidos hace menos atractiva una potencial sustitución de monedas, lo que brinda mayores espacios para flexibilizar la política monetaria en los países emergentes. En el caso dominicano, el Banco Central se adelantó a la decisión de la FED, bajando su tasa de política monetaria (TPM) de 7.0 % a 6.75 % en agosto y a 6.50 % en septiembre.

En total, desde que la institución monetaria se movió a un ciclo de reducción de tasas de interés en mayo 2023, la TPM acumula una disminución de 200 puntos básicos. Estas medidas se combinaron con un programa de provisión de liquidez a las entidades financieras de RD$205,000 millones (cerca del 3 % del PIB), a través de facilidad de liquidez rápida y reducciones del encaje legal, lo que ha permitido canalizar unos 16,000 préstamos a los sectores productivos, a los hogares y a las micro, pequeña y mediana empresas, a una tasa de interés promedio de 9 % anual.

A su vez, la Junta Monetaria aprobó la eliminación de las provisiones para las operaciones interbancarias realizadas a través de reportos de corto plazo que utilicen como garantía títulos del Banco Central o del Ministerio de Hacienda. Estas medidas se implementaron con el objetivo de reducir los costos de financiamiento de las entidades financieras y contribuir a una profundización del mercado interbancario.

Las acciones implementadas por el Banco Central han sido exitosas en mantener la inflación dentro del rango meta de 4.0 % ± 1.0 % definido en el programa monetario. A este resultado también ha contribuido la decisión del Gobierno de mantener vigentes los subsidios implementados desde la postpandemia. En efecto, la inflación interanual se ubicó en 3.29 % en septiembre 2024 y la inflación subyacente que refleja las condiciones monetarias de la economía alcanzó 4.01 % en ese mes.

En este contexto de menor inflación y de condiciones monetarias más favorables, los préstamos privados en moneda nacional crecieron un 14 % interanual en septiembre, destacándose la canalización de recursos al comercio, la construcción, la adquisición de viviendas y el consumo de los hogares. Asimismo, el ritmo de expansión de los agregados monetarios más amplios se ubicó en torno al crecimiento del PIB nominal.

Estimados amigos, en este entorno de estabilidad de precios, la actividad económica ha exhibido una trayectoria que demuestra la resiliencia del aparato productivo nacional. Aún ante el reto que implica el contexto mundial actual, el indicador mensual de actividad económica (IMAE) registró un crecimiento interanual de 5.6 % en agosto del presente año, acumulando una expansión de 5.1 % en enero-agosto 2024. Este resultado coloca al país como la economía de mayor crecimiento en Latinoamérica a la fecha.

Los sectores que impulsaron el crecimiento en el periodo enero-agosto fueron zonas francas (6.6 %) y construcción (4.9 %), actividad esta última con un gran efecto multiplicador en otros sectores económicos. Asimismo, el sector servicios se expandió 5.4 % interanual, sustentado principalmente por servicios financieros (8.1 %), hoteles, bares y restaurantes (7.1 %), transporte y almacenamiento (5.9 %), actividades inmobiliarias y de alquiler (5.8 %) y comunicaciones (5.3 %).

Resulta importante destacar el rol jugado del turismo en el crecimiento económico, cuyo dinamismo se refleja en una oferta diversificada de servicios y en la creciente demanda externa por los atractivos turísticos que brinda la República Dominicana. Esto queda evidenciado en la llegada por vía aérea de unos 6.0 millones de turistas durante los primeros ocho meses del año, que sumados a 1.8 millones de cruceristas arroja un gran total de 7.8 millones de visitantes, otro hito histórico conforme las cifras anunciadas por el Ministerio de Turismo y la Autoridad Portuaria.

En cuanto al mercado laboral, datos preliminares de la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT) muestran que, en el tercer trimestre de 2024, la ocupación alcanzó su nivel histórico más alto de 5,029,347 trabajadores, para un crecimiento de 3.6 %. Este resultado reflejó que, luego de haber exhibido un incremento interanual de unos 239 mil en abril-junio de 2024, en julio-septiembre se alcanzó una notable creación de unos 173 mil empleos respecto a igual período del año anterior, ubicándose ambas cifras muy por encima del promedio histórico de 101,123 trabajadores. Por su lado, la tasa de desocupación abierta se colocó en 5.3 % para el tercer trimestre de 2024.

La generación de nuevos puestos de trabajo en los últimos doce meses estuvo concentrada en la ocupación formal, es decir, aquellos que tienen acceso a los beneficios de seguridad social vía su ocupación. En ese sentido, se verificó un aumento de 144 mil empleados formales, para un crecimiento interanual de 6.9 %. Con estos resultados, el porcentaje de informalidad se redujo de 56.7 % en julio-septiembre 2023 a 55.3 % en igual período de 2024.

Asimismo, la pobreza monetaria se ubicó en 19.0 % al segundo trimestre de 2024, una reducción de 4.5 puntos porcentuales respecto a igual período de 2023, conforme a los datos estimados por el Comité Técnico Interinstitucional para la medición de la pobreza monetaria. Este avance se atribuye principalmente al aumento de los ingresos nominales per cápita de los hogares dominicanos.

En referencia al sector externo, en enero-septiembre 2024 las exportaciones totales se situaron en US$10,452.4 millones, para una variación interanual de 6.1 %, impulsadas por las ventas de las zonas francas que crecieron 7.5 %, ubicándose en un máximo histórico de US$6,404.1 millones. De igual manera, las exportaciones nacionales, alcanzaron los US$4,048.3 millones, un alza de 4.1 % respecto a igual período del año anterior.

Por otra parte, en enero-septiembre 2024 se recibieron remesas por unos US$8,000 millones, un aumento de 5.3 % con respecto al mismo período del año anterior. Las remesas, junto a los ingresos provenientes de la inversión extranjera directa, las exportaciones y el turismo contribuyeron a la estabilidad relativa del tipo de cambio con una depreciación acumulada del peso de apenas 3.3 %. Asimismo, al cierre de septiembre, las reservas internacionales eran de US$14,474.8 millones, equivalentes a 5.5 meses de importaciones y a 11.6 % del PIB, por encima de las métricas recomendadas por el FMI.

Distinguido auditorio, en una economía dinámica que refleja fuertes fundamentos macroeconómicos como la nuestra es importante reconocer el rol del sector financiero como sostén de la actividad productiva privada. En el caso dominicano, el sistema financiero sigue mostrando un buen desempeño conforme a sus niveles de liquidez, rentabilidad y solvencia. En efecto, a septiembre de 2024, los activos de los intermediarios financieros crecieron 10.6 %, impulsados por el aumento del crédito privado en moneda nacional.

De igual modo, la morosidad de la cartera de créditos alcanzó 1.4 %, en tanto que la cobertura de provisiones para la cartera vencida fue superior al 100 %, lo que evidencia un bajo nivel de riesgo. Asimismo, la solvencia del sistema se ubicó en 17.7 % en julio del presente año, de acuerdo con lo publicado por la Superintendencia de Bancos, muy por encima del 10 % que requiere la normativa, mientras que, a septiembre, la rentabilidad sobre el patrimonio (ROE) fue de 24.2 % y la rentabilidad sobre los activos (ROA) de 2.9 %.

En el ámbito de los sistemas de pago, las iniciativas regulatorias impulsadas por este Banco Central, con el respaldo de la Junta Monetaria, han generado una notable expansión en el acceso y uso de los servicios de pago en el país. Solo en lo que va de 2024 (enero-septiembre), se registra un promedio diario de 2.6 millones de transacciones de pago electrónicas, lo que representa un crecimiento de 20 % en comparación con igual periodo de 2023.

Asimismo, es oportuno destacar que, como gestor institucional del sistema de interconexión de pagos de los países que conforman el Consejo Monetario Centroamericano, el Banco Central ha desempeñado un papel clave facilitando nuestra plataforma de pagos para realizar transferencias de fondos entre estas naciones, las cuales han incrementado en 368 % al cierre de septiembre del presente año con respecto al año 2023.

Permítanme ahora mencionar importantes avances logrados por el Banco Central en su fortalecimiento institucional. Primero, quiero referirme a la labor realizada por el Banco en la producción de datos que respaldan las decisiones económicas, tanto a nivel público como privado. El desarrollo, actualización y difusión oportuna de estadísticas es fundamental dentro de la estrategia de esta institución de crear bienes públicos intangibles que faciliten la toma de decisiones de los agentes económicos. En ese sentido, se ha priorizado el aumento en la cobertura y la calidad de las estadísticas, asumiendo las innovaciones necesarias para mejorar la información en los sectores real, laboral, externo, monetario y financiero.

En segundo lugar, quiero decir que este año se publicó la Encuesta Nacional de Inclusión y Educación Financiera 2023 (ENIEF), la cual nos permite identificar el estado de la inclusión financiera en el país y el nivel de conocimiento de los usuarios de los servicios financieros disponibles, entre otros factores. Según dicha encuesta, el indicador de tenencia de productos financieros subió de 51 % en 2019 a 55 % en 2023, reflejando que el número de personas con al menos un producto financiero (sea de crédito o de ahorro) aumentó en unos 500,000 durante ese periodo, un logro visible de la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera 2022-2030.

Un tercer elemento que debo destacar es la modificación integral al Reglamento de Subagentes Bancarios aprobado por la Junta Monetaria que facilitará la incorporación de estas unidades en nuevos espacios, tanto físicos como digitales, fomentando el uso de plataformas móviles y facilitando el acceso a servicios financieros de manera más cómoda y eficiente. Existen en la actualidad 5,620 subagentes bancarios que operan en todo el territorio nacional, movilizando un monto que supera los RD$ 33 mil millones.

Como parte de nuestra responsabilidad social institucional, celebramos la décima edición de la Semana Económica y Financiera con la participación de 50 entidades públicas y privadas y la visita de más de 6,000 personas. También se concluyó la versión 11 de la competencia académica “Economistas del Futuro” y se llevó a cabo en Baní, el XV diplomado de economía y finanzas para periodistas. A lo interno, continuamos con los cursos de economía y finanzas para el personal y los talleres y charlas a visitantes del Banco Central.

En cuanto a la labor del Voluntariado, quiero subrayar la importancia de la realización de la jornada de reforestación número 19, con la cual alcanzamos un total de 55,686 árboles plantados en todo el país. Estas jornadas se complementan con las campañas de concienciación ambiental y de manejo de residuos, como lo es la alianza con NUVI (Nueva Vida), mediante la cual se ha logrado recolectar 293 libras de plástico (unas 5,000 botellas plásticas), mostrando la conciencia de los bancentralianos frente al cambio climático.

Entrando en la última parte de mi discurso, permítanme expresarle unas palabras sobre las perspectivas económicas para lo que resta de año y para 2025. Hacia adelante, se espera que las bajas presiones inflacionarias y las menores tasas de interés a nivel global brinden nuevos espacios para continuar flexibilizando la política monetaria y mantener el ritmo de crecimiento en el próximo año.

Según el marco macroeconómico interinstitucional del Gobierno, la economía crecería en torno a 5.0 % en 2024, la mayor tasa de Latinoamérica, moderándose a un rango de expansión entre 4.5 % y 5.0 % en 2025. La inflación, por su parte, cerraría este año en torno a 3.5 %, convergiendo a 4.0 % para el próximo año.

Las perspectivas favorables de la economía se observan también en las cuentas externas. El déficit de cuenta corriente sería de 3 % del PIB y estaría totalmente cubierto por la inversión extranjera directa que superaría los US$4,500 millones. Las remesas y los ingresos por turismo se ubicarían cada uno por encima de los US$10,500 millones, mientras el país recibiría unos 11.5 millones de visitantes este año, un récord histórico.

Estimados bancentralianos, al acercarse el final de mi intervención, me permito esbozar algunas ideas a manera de reflexión. Estoy convencido de que en sus casi ocho décadas de existencia el Banco Central ha realizado grandes aportes para el desarrollo del país, particularmente con la implementación de políticas que han contribuido de forma decisiva a la estabilidad de precios y a un adecuado desempeño macroeconómico.

No obstante esta realidad, el diseño de la política monetaria en los tiempos que vivimos es cada vez más retador. La pandemia del COVID-19 aceleró la digitalización de las economías, a la vez que transformó sus mercados laborales y generó presiones de costos a las empresas por la ruptura de la cadena de suministro mundial. A estas secuelas económicas de la crisis sanitaria se suman la fragmentación comercial y los conflictos geopolíticos que aún persisten y que atentan contra la paz en un mundo cada vez más multipolar.

Hoy más que nunca la incertidumbre global constituye un desafío para los hacedores de políticas. Tenerlo presente estimula nuestra inteligencia, nos pone en alerta y nos ayuda a evaluar más profundamente las medidas que adoptamos. Es frente a este reto que los bancos centrales hemos podido refinar y optimizar los instrumentos analíticos que utilizamos. “La incertidumbre es una posición incómoda, pero la certeza absoluta es una posición absurda” dijo Voltaire.

Apreciados amigos, miremos al futuro con determinación y firmeza. La historia nos enseña que el progreso ha venido de nuestra capacidad para enfrentar y superar las dificultades. Como dijo Winston Churchill: “Un pesimista ve la dificultad en cada oportunidad; un optimista ve la oportunidad en cada dificultad”. Los invito a que seamos como el optimista y aprovechemos las oportunidades para construir un mundo mejor.

¡Muchas gracias, que Dios les bendiga!

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Mira además

ABINADER SIENTA UN MAL PRECEDENTE, escribe Melvin Matthews, Editor La Prensa de Hoy

ABINADER SIENTA UN MAL PRECEDENTE Por Melvin Matthews. Los cacerolazos en el Piantini, un …