Donald Trump pudo haber ganado de forma holgada la reelección presidencial estadounidense del 2020, si hubiese manejado con responsabilidad de estadista y acertadas decisiones de salud el virus Covid-19, la pandemia que ha expuesto las falencias sistémicas de Estados Unidos, pues su acelerada propagación le ha cobrado a esa nación un saldo trágico de victimas superior a los 240,000 muertes y 8 los millones de contagiados.
Trump, en cambio, se encuentra ahora a un tris de unirse al infamante club de presidentes estadounidenses que, en los últimos 100 años, han perdido la reelección, un registro histórico negativo compartido hasta ahora por tres republicanos y un demócrata: Herbert C. Hoover (republicano) en 1932, Gerald Ford (republicano) en 1977, Jimmy Carter (demócrata) en 1980 y George H. W. Bush (republicano) en 1992, padre de George W. Bush, quien si logró reelegirse y cumplió el periodo 2000-2008. El atípico republicano Donald Trump será el quinto miembro de tan reducido circulo, si como indican los últimos conteos de votos finalmente su rival demócrata, Joe Biden, logra alcanzar los 270 colegios electorales, meta para la cual apenas le faltan seis colegios.
Con las votaciones aun inconclusas de Pennsylvania, Arizona, Nevada y Georgia, estados donde Trump y Biden compiten ferozmente, los datos revelan que si Trump hubiera asumido una postura responsable desde la Casa Blanca contra el covid-19, habría obtenido la reelección. Biden, con 73,598,380 votos populares, supera a Trump, quien sumaba hasta las 11 de la noche 69,564,049, pero esta ultima sería mucho mejor impulsada por una atención del gobierno que redujera significamente la cantidad de muertes e infectados en Norteamérica.
Sin embargo, Trump confesó en una entrevista al periodista Bob Woodward que tras conocer la peligrosidad del virus en enero, optó por ocultar la información al publico para no crear alarma general y afectar a los mercados, un infantilismo, en el menor de los casos; minimizó la propagación de la letal enfermedad por Estados Unidos, desoyó los consejos de las comunidad medica-científica, desaconsejó al pueblo el uso de mascarillas, él no las usó hasta que contrajo el virus, se burlaba de Biden, quien las portaba puntualmente. El colmo: Trump menospreció al doctor Anthony Faucci, un infectologo considerado una eminencia de la medicina y acusó a los médicos y enfermeras de propagar la enfermedad con propósitos económicos. En una palabra: se declaró incompetente para combatir el virus y se sentó a esperar la vacuna milagrosa.
Frente a su inminente derrota, Trump acaba de pronunciar el peor discurso de un mandatario en situaciones de crisis política electoral. Sin evidencias, insistió en que se ha cometido un fraude por el hecho de que los votos por correo, más de 102.0 millones, se están contando después de la votación del 3 de noviembre. Otro grave error: haberle pedido a sus seguidores que votaran masivamente el 3 de noviembre. Biden tenía los suyos votando por correo anticipadamente desde hace tres meses. Ni el Tribunal Supremo salva a Trump de una derrota inevitable.
(El discurso del presidente Trump está siendo retransmitido por esta pagina web).
