EL PASO ARROLLADOR DEL PRESIDENTE TRUMP
Por Melvin Matthews.
Donald Trump, el cuadragésimo séptimo presidente de Estados Unidos, marcha con un paso arrollador en la escena internacional tras su espectacular regreso a la Casa Blanca, mostrando un desempeño político exitoso y dominante, al mejor estilo de un gobernante autoritario que está ganando cada batalla política con facilidad y contundencia.
Al margen de las amenazas de recuperar el Canal de Panamá, supuestamente bajo el control de China, adquirir a Groenlandia o anexarse a Canadá, Trump ha instrumentalizado a las Fuerzas Armadas estadounidenses como el pináculo edificante de sus políticas internas y de Relaciones Exteriores, cuya ejecución de cálculo prominente ocurrió el sábado cuando ordenó bombardear los sitios nucleares de Irán, asestándole un duro golpe al régimen de los ayatolas en sus planes de poseer un arsenal nuclear, al tiempo que concedió a Israel una importante victoria en la región. .
Internamente, Trump tomó una decisión controvertida al enviar soldados del ejército y la marina a las calles de Los Ángeles, y de otras ciudades, para reprimir las protestas recientes contra las deportaciones masivas de indocumentados realizadas por el ICE, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos. En el plano externo, facilita la victoria a Rusia sobre Ucrania y exige a los aliados de la OTAN que eleven sus presupuestos de defensa hasta el 5 por ciento del PIB, un plan que aumenta el comercio de armas “made in USA”, del complejo militar industrial, una especie de reavivamiento del “pentagonismo”, que, al decir de Juan Bosch, representa “la fase superior del imperialismo”.
La política militarista de Trump es tan evidente, que hasta ordenó la celebración de un inédito desfile militar en Constitution Avenue, de Washington D. C., conmemorando el 14 de junio Día del Ejército, fecha coincidente con su 79 cumpleaños. El último desfile militar en Estados Unidos celebró el Día Nacional de la Victoria, y se llevó a cabo en la capital estadounidense, el 8 de junio de 1991 al concluir la Guerra del Golfo.
Al parecer, el paso arrollador de Trump se mantendrá triunfante luego de sus ataques aéreos sobre las instalaciones nucleares iraníes situadas en Natanz, Isfahán y Fardpw, que en palaras del presidente Trump “fueron totalmente arrasados”, pero que analistas independientes no han confirmado esa información. Según medios internacionales, en lugar de producir una victoria rápida, los ataques han complicado la tarea de rastrear el uranio y garantizar que Irán no construya un arma.
Presumiblemente, los socios de Irán, en este caso Rusia y la República Popular de China se han limitado a emitir declaraciones diplomáticas responsabilizando a Trump de las graves consecuencias que se ciernen sobre el Medio Oriente, pero sin comprometerse en acciones reales contra Estados Unidos. Corea del Norte nada ha dicho. El domingo el liderazgo iraní prometió “venganza eterna” contra Washington e Israel.
¿Qué sigue? Nadie sabe, pero Trump continúa con su paso arrollador como amo y señor del Planeta.
